El sistema se está probando en una ultrabook Asus Zenbook con procesador i5 y 4GB de RAM. Tiene solo 3 meses de haber sido estrenada e incluso participó en el programa de descuentos para la actualización de Windows por $199 pesos. Una promoción bastante atractiva.
La descarga e instalación de Windows 8 Pro fue relativamente rápida, considerando que se tuvo que descargar más de 3GB de información, y estaba instalando un sistema operativo completo. Desde que terminó de bajar el paquete hasta que concluyó la instalación, pasaron poco menos de 3 horas y listo, unos pasos simples de configuración de usuario y ya estamos dentro.
Lo primero que me llamó la atención fue la integración del sistema con la nube. Te permite acceder con tu usuario de Hotmail, Live o Outlook, y sincroniza tu contenido automáticamente con los programas que por defecto incluye el sistema, como contactos, correo y mensajería. Recuerda mucho a estar conectándose por primera vez a un nuevo smartphone, mucho más de lo que se siente cuando se instala Mountain Lion, por ejemplo.
Una vez dentro la experiencia es completamente distinta a lo que se habitúa en un sistema operativo de escritorio e incluso me provocó cierta claustrofobia, al no ver directamente el escritorio, pero pasa rápido. Los cuadros con información son atractivos, sencillos y fácilmente configurables.
Sin embargo, a menos de un minuto de estar conociendo el sistema, me di cuenta de que el trackpad de la ultrabook no reconocía gestos. Me tomó algunos minutos, pero al final encontré el Panel de Control y entonces noté que la actualización había borrado el controlador de Asus, así que lo bajé de nuevo e instalé. Un reboot y listo, de nuevo tenía gestos, que son muy importantes, ya que Windows 8 está diseñado para ser touch y en una computadora sin pantalla táctil, todo se hace desde el trackpad.
Para los que usamos mucho el teclado, es importante mencionar que los comandos más usados siguen funcionando: Alt + Tab para cambiar de ventana, Alt + F4 para cerrar el programa, etc. Sin embargo, no conseguí hacer que funcionara la tecla de menú emergente (click derecho en el mouse), pero tampoco es algo que personalmente extrañe mucho.
El punto que más me llamó la atención y que aún no entiendo, es por qué Windows 8 duplica programas en el entorno antes llamado Metro, y en el escritorio del tipo Windows 7. Se puede tener abierto el mismo programa en ambas interfaces sin posibilidad de que se comuniquen entre ellos, como si estuvieran en dos computadoras distintas. Desde mi punto de vista no hace sentido y puede ser molesto abrir un programa y darse cuenta de que lo que se busca está en el mismo programa pero de la otra interfaz.
A partir de haber resuelto (o de haberme adaptado) los puntos anteriores, pude trabajar con bastante normalidad. Windows 8 corre tan perfectamente como Windows 7 toda la suite de Adobe, navegadores, videos, música, Office, etc. Sin embargo, noté algo que me preocupó: la ultrabook ahora es mucho más ruidosa y caliente que antes, corriendo los mismos programas. Con Windows 7 necesitaba renderear un video en Premiere o estar cargando múltiples archivos a la red mientras veía un video en HD en Youtube y además escribía en una ventana al lado para que se calentara de la forma en que el simple uso de Chrome le provocó con Windows 8.
Preocupante. Aunque eso sí, la ultrabook ahora despierta en menos de un segundo y se conecta a internet casi instantáneamente. Unas por otras, supongo.
Tengo 4 días probando Windows 8 y el sabor es agridulce. He tenido que resolver problemas de controladores que el sistema descompuso al instalarse y que no indicó como incompatibilidad, un problema que a muchos usuarios nóveles provocaría llamar al servicio técnico.
No invito a no instalar, pero sí a tener precauciones en caso de que lo hagan desde su computadora principal y de la que dependen para trabajar. Muchas cosas a las que están habituados ya no serán iguales y caerá una curva de aprendizaje que podrá provocar retrasos y frustraciones en el trabajo. Por otro lado, con paciencia (y un fin de semana dedicado a aprender), Windows 8 puede ser agradable, además de que definitivamente debe tener muchas más sorpresas de las que en estos 4 días he encontrado.
La conclusión de estas primeras impresiones es que el sistema tiene potencial, me gusta más que OS X (con el cual también trabajo a diario), y utilizarlo en un dispositivo hecho especialmente para ello debe ser una delicia. Como apéndice a esta conclusión agrego: me preocupa que se caliente mi computadora y es posible que termine regresando a Windows 7 o Ubuntu 12.10.
Fuente http://www2.esmas.com
